domingo, 7 de mayo de 2017

EL PILAR DEL ARTE


EL ARTE EN LA EDUCACIÓN INICIAL 
“En la educación inicial, las niñas y los niños aprenden a convivir con otros seres humanos, a establecer vínculos afectivos con pares y adultos significativos, diferentes a los de su familia, a relacionarse con el ambiente natural, social y cultural, a conocerse, a ser más autónomos, a desarrollar confianza en sí mismos, a ser cuidados y a cuidar a los demás, a sentirse seguros, partícipes, escuchados, reconocidos: a hacer y hacerse preguntas, a indagar y formular explicaciones propias sobre el mundo en el que viven, a descubrir diferentes formas de expresión (…) a enriquecer su lenguaje y construir su identidad en relación con su familias, su comunidad, su cultura, su territorio y su país”.  Ministerio de Educación Nacional – Orientaciones pedagógicas para la educación inicial en el marco de la atención integral.

El arte desempeña un papel vital en la educación de los niños. El dibujo, la pintura, o el modelado constituyen un proceso complejo, en el cual el niño reúne diversos elementos de su experiencia para formar un conjunto con un nuevo significado.
En este proceso de seleccionar, interpretar y reformar estos elementos, el niño da algo más que un dibujo o una escultura, proporciona una parte de sí mismo: cómo piensa, como siente y cómo se ve. Para el arte es una actividad dinámica y unificadora.
Darle al niño la oportunidad de crear constantemente con sus conocimientos actuales es la mejor preparación para su futura capacidad creadora.
 Por lo tanto el desarrollo mental depende de una variada relación entre el niño y el ambiente; esta relación es un ingrediente básico para llevar a cabo una experiencia de creación artística.


El arte es el despertar de cada ser humano y abarca todo el existir de la humanidad, en cada espacio y tiempo universal, definiéndose como: intuición, expresión, representación, proyección, sublimación, simbolización, formalización, abstracción.

El arte en la historia: el arte, es eminentemente educativo, porque nos enseña apreciar el mundo, contemplando las obras de los artistas que supieron traducir más íntimamente las emociones de su época, además, nos damos cuenta del carácter de la humanidad en cada época histórica que atraviesa y del grado de cultura que alcanzaba el arte en cada época, exteriorizando a través del arte las distintas ideologías, pensamientos, ideas, fenómenos sociales.

Los lenguajes artísticos hacen parte activa de la vida cotidiana de todo persona; particularmente, en la vida de las niñas y los niños de primera infancia, estos lenguajes se constituyen en algunas de las formas en que crean, expresan, comunican y representan su realidad. Para el caso de este documento, cuando se habla de lenguajes artísticos se hace referencia al juego dramático, a la expresión musical, visual y plástica principalmente; sin embargo, existen muchas otras más por explorar en la educación inicial.
Acompañar a las niñas y a los niños a descubrir el mundo y a explorar los diversos lenguajes artísticos y sus posibilidades constituye entonces una oportunidad para despertar su sensibilidad, descubrir sus gustos y crear criterios estéticos para transmitir su visión propia del mundo. Tita Maya expresa que: El arte, con ayuda de la imaginación creadora, es el medio más propicio para preparar a los niños en la conquista de su futuro, ya que los dota de iniciativas, recursos y confianza para enfrentar y resolver problemas más allá de la información (2007: 14).
La manera como se expresan las niñas y los niños a través de los lenguajes artísticos se va transformando a medida que van creciendo. Parte de la experiencia sensorial para, posteriormente, integrar distintas expresiones y convertirse en escenario de encuentro con los diversos lenguajes. En ocasiones es difícil discriminar entre una experiencia musical y expresión corporal, puesto que las niñas y los niños entrelazan cuerpo, ritmo y canto, entre otras expresiones. La aproximación a las distintas clases de lenguajes artísticos dependerá de la amplitud, diversificación y calidad de las experiencias que se les brinde. Gardner comenta que:
El niño canta mientras dibuja, baila mientras canta, relata historias al tiempo que juega en la bañera o en el jardín. En lugar de permitir que cada forma artística progrese con relativa independencia de las demás, los chicos pasan con desenvoltura, y hasta con entusiasmo, de una forma a otra, las combinan o las oponen entre sí. Comienza así una etapa de sinestesia, un período en el cual, más que en ningún otro, el niño efectúa fáciles traducciones entre distintos sistemas sensoriales, en que los colores pueden evocar sonidos y los sonidos pueden evocar colores, en que los movimientos de la mano sugieren estrofas poéticas y los versos incitan a la danza o al canto (2005: 177).




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