sábado, 29 de abril de 2017

INFANCIA Y CIUDADANÍA EN EL SIGLO XXI



EJES TEMÁTICOS

1.     LA CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA Y LA SUBJETIVIDAD EN LA PRIMERA INFANCIA.
La responsabilidad de los diferentes agentes educativos que intervienen en el desarrollo de la primera infancia, nos desafía a pensar que no basta “con tener derecho a“, si al mismo tiempo no se fortalecen las capacidades para cumplir y “hacer propios esos derechos” atendiendo también a las oportunidades reales y concretas en que pueden ejercerse los mismos, en distintos espacios educativos formales e informales.

LA INFANCIA COMO ACONTECIMIENTO CIUDADANO 
                                                      
Buscaremos plantear que la ciudadanía “acontece” en la infancia, y que, al mismo tiempo, es la infancia la que transforma la ciudadanía en “acontecimiento”. Tomamos la idea de acontecimiento o evento tanto en el contexto de una deconstrucción genealógica (en las huellas de Nietzsche, Heidegger, Badiou) de las fijaciones históricas del concepto de ciudadanía y de infancia, como en el contexto de lo que llamamos la infancia como “facundia interpelante” (interpretando la hospitalidad incondicionada del rostro de la infancia que interpela, Levinas), que nos hace como ciudadanos responsables de los “recién llegados” (como diría H.Arendt).
PARTICIPACIÓN Y EJERCICIO DE LA CIUDADANÍA

                               
La fusión del binomio participación y ejercicio dela ciudadanía desde la primera infancia no sólo beneficia a los niños y las niñas que crecen con la capacidad de imaginar el mundo desde la perspectiva de los otros, de sentir un interés genuino por los demás, de reconocer y disfrutar las diferencias, de desarrollar el sentido de la responsabilidad individual de sus actos, de desarrollar el pensamiento crítico y las habilidades para expresarlo pese al disenso con los demás, sino que fundamentalmente fortalece la cultura y la democracia.
 Los niños y las niñas ambientan la participación y desde sus lenguajes convocan a adultos a reconocer la diversidad propia de su ciclo de desarrollo, si los adultos permiten cuestionarse al respecto, desmontan su perspectiva de comprender el mundo centrado en el adulto.
Para la comprensión de los conceptos de participación y ciudadanía se parte de tres ideas centrales.
La primera, considera que dichos conceptos no son atributos naturales, corresponden a una construcción cultural que sostiene los símbolos, códigos y significados de la subjetividad e intersubjetividad que se desarrollan en contextos y tiempos determinados en constante cambio y movimiento.

La segunda, señala que la primera infancia hay que significarla más como periodo de existencia que de transformaciones, como la conciben algunos de los enfoques tradicionales sobre el desarrollo infantil.

La tercera, insiste que la ciudadanía y la participación no se enseñan desde el discurso, se interiorizan cuando se viven cotidianamente unos valores y principios éticos en torno a si mismo, con sentido colectivo y del bien común: la confianza, el respeto, la cooperación, la solidaridad, el afecto, son algunos de ellos.

La participación y el ejercicio de la ciudadanía se desarrollan en la construcción de las prácticas culturales teniendo en cuenta la recuperación de la memoria historia como una de los efectos claves que inciden en la cotidianidad; además, reconstruyen el imaginario colectivo generando nuevos procesos sociales particulares, donde los niños y las niñas en primera infancia hacen parte de esa realidad.

En el reconocimiento del ejercicio de la participación en la primera infancia es esencial que se produzcan cambios tanto en los imaginarios colectivos sobre los niños y las niñas, como en las prácticas cotidianas vinculadas a los procesos de crianza en el ámbito familiar y su prolongación en las instituciones y espacios públicos habitados por ellos y ellas. Si bien lo que ocurre en la familia en términos de ciudadanía y participación es fundamental, en las instituciones diferentes a ella puede reforzarse o quebrantarse tanto lo logrado como lo no logrado en la familia.

2. LAS PRÁCTICAS EDUCATIVAS Y SOCIALES EN LA PRIMERA INFANCIA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDADANÍA
Interesa visualizar al desarrollo humano desde una mirada singular en su “enteridad” como la expresión de la totalidad del sujeto en su complejidad, en sus múltiples dimensiones (cuerpo, emoción, razón, etc.) y condiciones identitarias.

DESAFÍOS EN LA FORMACIÓN DE FORMADORES EN LA EDUCACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO Y LA CIUDADANÍA. 
                         
Abordar el tema de la formación en derechos sociales es una experiencia innovadora en tanto y cuanto su existencia en el escenario legal data de algo más de dos décadas iniciándose un proceso de cambios en la historia de los derechos y así la ciudadanía en niños, niñas y jóvenes que nos obliga indefectiblemente a repensar las condiciones de los procesos en que las personas nos constituimos como seres humanos, haciendo foco en un mismo movimiento en la dimensión moral, ética y política. Nos invita a afrontar la dimensión política como dadora de sentido, desafía la reconstrucción de la propia historia y de la subjetividad de las relaciones con las instituciones democráticas en cuanto a la conceptualización de lo político, sus relaciones con el estado y la formación ciudadana, en cuanto a enfoques e impacto en el siglo XXI.

  3.   LA INTERVENCIÓN DE LOS AGENTES EDUCATIVOS EN LA CONFIGURACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Los derechos del niño en la primera infancia necesitan:

  • Del acompañamiento y responsabilidad de los adultos para incorporarse e intervenir en un mundo ya construido por otros.
  • De las oportunidades para conocer y generar competencias en el ejercicio de sus derechos
  • De una educación orientada a la formación de la identidad individual y a la recuperación de la memoria colectiva.
Presentamos algunas experiencias de participación infantil “Ciudadanía con todos: promoviendo el protagonismo infantil” liderado por la Asociación Civil El Arca acerca de Infancia y Ciudadanía en el Siglo XXI.

EL DERECHO A LA PARTICIPACIÓN DE LOS NIÑOS Y NIÑAS. 

La Convención de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes que fue ratificada por la Argentina y reviste por ello carácter constitucional, establece
                            
Artículo 12:
“Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño…”
El artículo 13 garantiza también a los niños y niñas “el derecho a buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo”. Ambos artículos condensan el derecho a la participación de los niños y niñas, relacionado directamente con la dimensión política del ejercicio de ciudadanía (Gómez Da Costa, 2004).
El derecho a la participación de los niños y niñas nos abre numerosos interrogantes, que a su vez abren líneas de abordaje para pensar en cómo garantizarles ese derecho “en todos los asuntos que los afectan”. Interesa preguntarnos específicamente por la posibilidad de los ciudadanos infantiles de ejercer su derecho a la participación en las instituciones y contextos que los reciben y alojan cotidianamente. Cuando hablamos de ejercicio de ciudadanía infantil, es sumamente relevante señalar que, como todo aprendizaje, la ciudadanía se aprende en las prácticas en de las que se es parte (Rogoff, 1993; Chayklin y Lave, 1996).
                   
Esas prácticas, son tanto más “educativas” en tanto conforman el esquema cotidiano en el que las opiniones, ideas y expresiones de los niños y niñas son objeto de determinada asignación de valor por parte de los adultos que, generalmente, toman las decisiones. Por ello, la posibilidad real de participación como práctica de ciudadanía infantil requiere adultos que la alojen y sostengan; y que estén dispuestos a compartir el cotidiano con niños/as informados, que opinan, y que exigen que sus opiniones sean tenidas en cuenta. Este último punto nos remite a la definición de participación de M. T. Sirvent (2008) quien destaca que la participación real supone tener parte en la toma de decisiones. Débora Kantor (2008) señala:

“Promover la participación de Niños, adolescentes y jóvenes implica asumir que ellos/as pueden pensar y actuar en términos de procesos, alternativas, conflictos, elaboración de planes y, por lo tanto, intervenir en la gestión de proyectos que los identifican como «destinatarios».” (p. 109).

Lo anterior exige romper con la idea, más bien escolar, de que los niños / as y jóvenes deben aprender sobre ciudadanía hoy para ejercerla mañana. Esta postura es ciertamente un aprendizaje sobre la ciudadanía, y lo que enseña es que, mientras sean niños/as, no son ciudadanos / as. Muy por el contrario, el ejercicio de ciudadanía infantil supone esfuerzos de los adultos para garantizarles su derecho a la participación, pues a participar se aprende participando. Porque los niños y niñas son ciudadanos de hoy para hoy, y no “para mañana”… aunque es cierto que todo lo que aprendan hoy es base para lo que puedan seguir construyendo mañana.

ESPACIOS DE INFANCIA
              
La organización social moderna propone espacios específicamente diseñados para el tránsito de los niños. Hasta nuestros días, “pos-modernos” o no, entre estos espacios se distingue particularmente la Escuela. Institución creada y configurada solidariamente con el nacimiento de la “infancia moderna” (Varela, J. y Alvarez Uría, F. 1991), fundacionalmente la Escuela existe para el disciplinamiento de la infancia, un proyecto bien diferente al de la garantía del derecho a la participación. El modelo de ciudadanía que aprenden los niños / as en las prácticas escolares tradicionales es el del “miembro de la sociedad de masas”, que debe “prestar atención y hacer caso” a quienes tienen la autoridad y el poder.
“Conceptos como a simetría, autoridad y responsabilidad vuelven a entrar en  escena. Afirmar que el adulto es referente y responsable primero y último de las decisiones no afecta la posibilidad de participar de los [niños], los adolescentes y los jóvenes, a condición de que las intervenciones del docente permitan avanzar desde la iniciativa externa (…) hacia la gestión compartida y la responsabilidad creciente de los integrantes del grupo”. (p. 111, bastardillas en el original).

El formato clásico de actividad del dispositivo escolar propone un modelo de “masa” fragmentada en individualidades intercambiables, permanentemente medidas, evaluadas, controladas y clasificadas en función de lo que la institución pre-define como “esperable” y establece como “norma de excelencia” (Perrenoud, 1991). Estas individualidades no configuran un colectivo humano. Los niños y niñas, en la mayoría de las escuelas, no son invitados a identificar o definir sus intereses colectivos. Mucho menos a expresar sus opiniones o participar en la toma de decisiones que, ciertamente, los afectan. Por fortuna, cada institución escolar tiene la posibilidad de instituir otros tipos de prácticas, en la medida en que desnaturaliza estos modelos revisando sus condicionantes histórico – políticas; y puede replantearse objetivos más acordes a la Convención de Derechos del Niño, gestionando propuestas que avancen genuinamente hacia la corresponsabilidad. 
                        
La organización social de numerosos barrios del conurbano bonaerense, propone también otros espacios destinados a la infancia. Muchos Centros Comunitarios surgen como comedores para paliar el hambre generada por las sucesivas crisis que atravesamos los argentinos. Más de diez años después, varios se preguntan cómo proponer, además, un espacio de ejercicio de derechos a los niños y niñas a los que brindan educación inicial, alimentos y/o talleres. Podríamos pensar también múltiples recovecos y lugares de los propios barrios como “espacios de infancia”: algunos clubes y asociaciones barriales, las plazas o espacios verdes (a veces terrenos baldíos), y otros lugares que los niños/as habitan y transitan, pero sobre los que generalmente nadie les pide su opinión.

UN PROYECTO “CON OTROS”

Entendemos dicho ejercicio en cuatro dimensiones (Gomes da Costa, op. cit.):

  1. La dimensión social, cuya palabra clave es inclusión; 
  2. La dimensión jurídica, cuya palabra clave es exigibilidad;
  3. La dimensión cultural, vinculada a la expresión y la dimensión política, vinculada a la participación de los niños y niñas. 

Tal como lo expresábamos al comienzo, implementar modos de garantizar a los niños / as su derecho a la participación no es tarea simple; pues en nuestra cultura la infancia suele ser homologada a un tiempo de “moratoria” más bien receptiva y no participativa. Por otro lado, están naturalizados muchos modos de exclusión de lo infantil

De alguna manera, los niños se asocian a lo que rompe la sacralidad. El niño es un elemento de disturbio, es algo preocupante. Por ejemplo, en Italia es común que adentro de los edificios haya carteles que dicen: `2 a 4 prohibido jugar` o `no se puede jugar en la escalera`. Cuando yo era pequeño la escalera era un lugar especial porque se prestaba mucho para jugar a la familia, a la escuela o al teatro, porque los escalones podían ser pupitres o sillas de una platea. Y como era el único medio para subir a las casas había que interrumpir el juego y dejar pasar a la gente, pero existía una tolerancia recíproca. Hoy tenemos el ascensor, por lo cual la escalera no se usa, pero paradójicamente está prohibido jugar allí. Esto parece una violencia inútil”. (p. 18).

El ejemplo de Tonucci es tanto más iluminador porque trae una escena de la vida cotidiana sobre la que posiblemente no se nos ocurriría jamás reflexionar, ni preguntarnos su relación con el ejercicio de ciudadanía infantil. En la sorpresa que nos genera, nos retrotrae a miles de confrontaciones planteadas por los niños y niñas hacia nuestros supuestos y representaciones de infancia naturalizados. Es por ello que consideramos que algunas notas rescatadas de la reflexión sobre las experiencias presentadas pueden servirnos para comenzar a “romper” la mirada adulta e incluir “los ojos de los niños y las niñas”, con sus miradas que nos convocan y sacuden: ¿cómo les garantizamos a estos ciudadanos/as su derecho a la participación? Estas “notas para habilitar y sostener la participación infantil” pueden ser de utilidad no solo para la reflexión sobre el tema, sino también en el compartir intentos con otros / as adultos que se proponen honestamente promover, sostener y garantizar el ejercicio de ciudadanía infantil en escuelas, barrios, asociaciones barriales y todos esos espacios públicos que son también (y a veces principalmente) espacios de infancia. Una primera nota es la identificación de situaciones que puedan representar problemas convocantes tanto para los niños/as como para los adultos. Un ejemplo de ello es el tema de “la violencia” en las escuelas. Generar espacios en los que trabajar la construcción de una definición común del problema entre los distintos actores (niños/as y adultos, varones y mujeres) ayuda a configurar un colectivo en función de la tarea común de buscar posibles soluciones. Creemos que saberse parte de ese colectivo es un inmenso facilitador, sino una condición esencial, de la participación ciudadana.

Finalmente, la experiencia nos sugiere que la participación infantil requiere que algo de lo propuesto se concrete, se materialice. La posibilidad de transformar la realidad es lo que da sentido al proceso de participación. Y no mágicamente, sino buscando juntos los medios y trabajando para lograrlo… no simplemente “para” los chicos, sino “con” ellos/as.








jueves, 27 de abril de 2017

ATENCION A LA PRIMERA INFANCIA



ATENCIÓN A LA PRIMERA INFANCIA

“La primera infancia es la etapa del ciclo vital en las que se establecen las bases para el desarrollo cognitivo, emocional y social del ser humano. Comprende la franja poblacional que va de los cero a los seis años de edad” (Código de la infancia y adolescencia.

POLÍTICAS PÚBLICAS PARA LA ATENCIÓN INTEGRAL A LA PRIMERA INFANCIA 
POLÍTICA PÚBLICA DE PRIMERA INFANCIA: Acuerdos fundamentales entre la sociedad civil y el Estado acerca de los principios, objetivos, metas y estrategias para la educación y protección integral de los niños. Son relevantes aquí los acuerdos, declaraciones o convenciones suscritos por el país de carácter internacional.
Política Pública Nacional de Primera Infancia “Colombia por la primera infancia”. La política es el resultado de un proceso de movilización social, generado a partir de la necesidad de retomar y dar un nuevo significado a la temática de oportunidades efectivas de desarrollo de la primera infancia en Colombia. La Política se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo y se refuerza por los compromisos adquiridos en la Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños.

CONVENCIÓN DERECHOS DEL NIÑO UN INSTRUMENTO VINCULANTE: 

La Convención sobre los Derechos del Niño es el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales. En 1989, los dirigentes mundiales decidieron que los niños y niñas debían detener una Convención especial destinada exclusivamente a ellos, ya que los menores de 18 años precisan de cuidados y protección especiales, que los adultos no necesitan. Los dirigentes querían también asegurar que el mundo reconociera que los niños y niñas tenían también derechos humanos. Al aceptar las obligaciones de la Convención (mediante la ratificación o la adhesión), los gobiernos nacionales se han comprometido a proteger y asegurar los derechos de la infancia y han aceptado que se les considere responsables de este compromiso ante la comunidad internacional.

CÓDIGO DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA.LEY 1098 DE 2006
FINALIDAD: Garantizar a los niños, a las niñas y a los adolescentes su pleno y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. Prevalecerá el reconocimiento a la igualdad y la dignidad humana, sin discriminación alguna.

OBJETIVO: Establecer normas sustantivas y procesales para la protección integral de los niños, las niñas y los adolescentes, garantizar el ejercicio de sus derechos y libertades consagrados en los instrumentos internacionales de derechos humanos, en la Constitución Política y en las leyes, así como su restablecimiento. Dicha garantía y protección será obligación de la familia, la sociedad y el Estado.

PROTECCIÓN INTEGRAL: Se entiende por protección integral de los niños, niñas y adolescentes el reconocimiento como sujetos de derechos, la garantía y cumplimiento de los mismos, la prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su restablecimiento inmediato en desarrollo del principio del interés superior. La protección integral se materializa en el conjunto de políticas, planes, programas y acciones que se ejecuten en los ámbitos nacional, departamental, distrital y municipal con la correspondiente asignación de recursos financieros, físicos y humanos.

PRINCIPIOS DE INTERPRETACIÓN:

a. Interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes: Se entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga a todas personas a garantizar la satisfacción integral y simultanea de todos sus derechos humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes.

b. Prevalencia de los derechos: En todo acto, decisión o medida administrativa, judicial o de cualquier naturaleza que deba adoptarse en relación con los niños, las niñas y los adolescentes, prevalecerán los derechos de estos, en especial si existe conflicto entre sus derechos fundamentales, con los de cualquier otra persona.

c. Corresponsabilidad: Para los efectos de este Código, se entiende por corresponsabilidad, la concurrencia de actores y acciones conducentes a garantizar el ejercicio de los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes. La familia, la sociedad y el Estado son corresponsables del en su atención, cuidado y protección.

PRINCIPIOS QUE ORIENTAN LA ACCIÓN DE LA PPPI.

 ·Reconocimiento de la dignidad constitutiva de los seres humanos, desde la gestación y durante su desarrollo.

· Reconocimiento de la infancia como categoría social, como componente estructural y actuante de la vida social.

· Reconocimiento desde la ley, pero desafiando a la cultura para que construya una nueva representación de la infancia y la adolescencia.

· Reconocimiento de la condición de sujeto social de cada niño, niña o adolescente, preguntando a cada ciudadano por su compromiso ético con el desarrollo de la sociedad.

GARANTÍA

· Aseguramiento de las condiciones para ejercer la ciudadanía.

· Es el Estado el primer compromisario de proveer las condiciones de ejercicio, protección y restablecimiento de los derechos bajo los principios de universalidad e integralidad.

· Adecuación en cobertura, calidad y eficiencia de servicios. Públicos, considerando las particularidades culturales, económicas, sociales de las comunidades, y condiciones como sexo, discapacidad y ciclo vital entre otras.

PREVENCIÓN

De su amenaza o vulneración; prevención de todos los riesgos posibles para el ejercicio libre y autónomo de sus derechos por parte de los niños, niñas y adolescentes.

Conjunto de acciones para detectar de forma temprana riesgos, comprender de manera completa y compleja su origen y naturaleza, y, por supuesto, las acciones para contrarrestarlos.
Implica una actitud propositiva, no reactiva, consciente de las realidades, oportunidades y amenazas del contexto y de las repercusiones contundentes. Es decir las amenazas contra la dignidad, integridad, desarrollo y su capacidad de participación.

RESTABLECIMIENTO.

Restauración inmediata de la dignidad e integridad como sujetos y la capacidad para hacer un ejercicio efectivo de los derechos que se han vulnerado.

Es responsabilidad del Estado en su conjunto a través de las autoridades públicas.
Resignificar el estatus del NNA que ha sufrido la vulneración de sus derechos: de “niño = problema” a “niño = víctima, prioridad, integralidad e integridad”.
Resignificar la acción de todos los involucrados-responsables de su restablecimiento: de “autoridad = privilegio” a “autoridad = servicio”
MARCO INSTITUCIONAL

NIVEL NACIONAL: 
Corresponde al nivel nacional, la movilización para la participación y compromiso de los diversos actores, niveles, sectores e instituciones gubernamentales y no gubernamentales, para la formulación de la Política Nacional de Primera Infancia. Las posibilidades de hacerla realidad se encuentran estrechamente ligadas a la iniciativa y capacidad de las autoridades locales, para generar políticas y planes de acción (a nivel municipal, veredal, barrial, familiar) y para la toma de decisiones que permitan avanzar técnica y operativamente en el tema.

NIVEL LOCAL: 

Es en el nivel local, donde se da la articulación de los actores en torno a la puesta en marcha de la política de primera infancia. Son las autoridades locales las llamadas a dinamizar, orientar y concertar la ejecución de la política, con sus respectivas acciones y la Destinación de recursos.

CONSEJO DE POLÍTICA SOCIAL: 

Espacio para la construcción y ejecución de políticas públicas sustentables y estables. Debe ser un espacio que trascienda la gestión conjunta de Estado, Sociedad y Familia hacia facilitar, desde lo público, el proceso constante de la construcción de políticas estructurales, que garanticen la inversión de recursos en la niñez. 
ACTORES DE LA POLÍTICA PÚBLICA DE PRIMERA INFANCIA Y SUS RESPONSABILIDADES
Los actores de la Política Pública de Primera Infancia, son todos aquellos individuos, comunidades, grupos, organizaciones, instituciones, responsables de la política y que pueden influir en las decisiones que afecten su resultado.
Los niños menores de 6 años, sus familias y las madres gestantes, son los actores principales de esta política. El diseño de planes, programas y estrategias, debe estar dirigido a ellos. 
Tanto a nivel nacional como local, se deben determinar roles y responsabilidades específicas, de las distintas organizaciones e instituciones gubernamentales, no gubernamentales, empresariales y académicas, que trabajan con esta franja poblacional.

ACTORES NACIONALES

INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR
Ente rector y coordinador de la Política de Primera Infancia, que facilitará el trabajo intersectorial e interinstitucional. Encargado de definir, en coordinación con DNP, el sistema de monitoreo y evaluación de la política de primera infancia.

Ministerio de hacienda y Departamento Nacional de Planeación y El DNP. 
Encargados de coordinar la planeación y financiamiento de la política de Primera Infancia.

Ministerio de la Protección Social. 
Encargado de definir las estrategias para garantizar el derecho a la supervivencia y protección de la primera infancia.

Ministerio de Educación Nacional. 

Encargado de definir las estrategias para garantizar el derecho a la educación inicial.

Ministerio de Cultura. 
Encargado de definir las estrategias para garantizar el derecho a la participación, desarrollo, recreación y cultura de la primera infancia.

Ministerio de Comunicaciones.

Encargado de definir estrategias comunicativas, que beneficien las relaciones entre la familia y la primera infancia, entre la familia y la comunidad, entre la comunidad y la primera infancia.

Registraduría del Estado Civil. Encargada de definir estrategias para garantizar el registro civil de todos los niños en los primeros 6 años de vida.

COLCIENCIAS. Encargada de incluir en el sistema de ciencia y tecnología, líneas de investigación y desarrollo en primera infancia.

Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Encargado de la gestión ambiental del país, del suministro de agua potable y del saneamiento básico, para garantizar el derecho de los niños a la supervivencia.

Programas presidenciales, referidos a asuntos sociales. Actualmente se cuenta con: la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación y con dos programas prioritarios: Familias en Acción y Apoyo Integral a Población Desplazada.

Otros de carácter Social, Académicos, ONG, Privadas, Cajas de Compensación Familiar… etc.

ACTORES DEPARTAMENTALES Y MUNICIPALES

Alcaldes, gobernadores y administración departamental y municipal (secretarías de salud, de educación, de desarrollo comunitario, de solidaridad, de bienestar social, institutos descentralizados.)

Consejos de Política Social, para diseñar e implementar políticas locales.

Familias y comunidades. Encargadas de velar por el desarrollo integral de la primera infancia, así como de realizar la veeduría y el control social de la política.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS DE LA POLÍTICA PÚBLICA DE PRIMERA INFANCIA 

1. Fortalecer y aumentar las coberturas de educación inicial en sus modalidades de atención integral en los entornos comunitario, familiar e institucional; garantizando su sostenibilidad financiera.

2. Posicionar el tema de primera infancia para sensibilizar y movilizar al país sobre la importancia crucial de los primeros años de vida en el desarrollo humano y como factor de progreso y desarrollo de la nación.

3. Promover la salud, la nutrición y los ambientes sanos desde la gestación hasta los 6 años, prevenir y atender la enfermedad, e impulsar prácticas de vida saludable y condiciones de saneamiento básico y vivienda.

4. Promover prácticas socioculturales y educativas, que potencien el desarrollo integral de los niños y niñas menores de 6 años.

5. Garantizar la protección integral y la restitución de los derechos de los niños y niñas que hayan sido vulnerados, especialmente aquellos pertenecientes a grupos y/o poblaciones en Primera riesgo.

6. Potenciar a las familias y cuidadores primarios para relacionarse con los niños y las niñas de manera más equitativa e inclusiva, e igualmente a los centros de desarrollo infantil y la comunidad, partiendo del respeto por la diversidad cultural en las pautas de crianza.

7. Crear y fortalecer los mecanismos necesarios para el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de la política de primera infancia, para que tanto el Estado como la Sociedad puedan realizar análisis. 

DERECHOS

DERECHO A LA VIDA.

Todos los niños y niñas tienen derecho a sobrevivir y desarrollarse. El Estado desarrollará políticas públicas orientadas hacia el fortalecimiento de la primera de infancia.

DERECHO A UNA VIDA DIGNA. Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a la vida, a una Estructura buena calidad de vida y a un ambiente sano en condiciones de dignidad de y goce de todos sus derechos en forma prevalente. La calidad de vida es esencial para su desarrollo integral acorde con la de la dignidad de ser humano. Este derecho supone la generación de Política condiciones que les aseguren desde la concepción cuidado, protección, alimentación nutritiva y equilibrada, acceso a los servicios de salud, Publica de educación, vestuario adecuado, recreación y vivienda segura dotada de Primera servicios públicos esenciales en un ambiente sano.

LACTANCIA MATERNA Y NUTRICION COMO DERECHOS. La lactancia materna constituye una fuente de nutrientes adecuados para el desarrollo del niño y la niña, una ayuda que lo inmuniza contra un número de enfermedades en esa etapa de la vida, y un medio que fortalece los vínculos afectivos entre la madre y el niño. Desde el punto de vista de la madre, la duración e intensidad de la lactancia en el período de postparto afectan el intervalo entre nacimientos y los consiguientes niveles de fecundidad. 

El artículo 24 de la ley 1098 de 2006 establece: Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a los alimentos y demás medios para su desarrollo físico, psicológico, espiritual, moral, cultural y social, de acuerdo con la capacidad económica del alimentante. Se entiende por alimentos todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido, asistencia médica, recreación, educación o instrucción y, en general, todo lo que es necesario para el desarrollo integral de los niños, las niñas y los adolescentes. Los alimentos comprenden la obligación de proporcionar a la madre los gastos de embarazo y parto. 

DERECHO A UN NOMBRE (IDENTIDAD). El nombre marca la identidad de la persona. Pero, a lo largo del país se encuentra un número no despreciable de niños y niñas que no han sido inscritos en el registro civil al nacer, vulnerando así su derecho a la identidad.

Las consecuencias se extienden a la exclusión de toda clase de servicio o prestación social que exige el registro civil. Mientras que al 2000 la de la cobertura del registro civil llegaba al 81,6% de los menores de 5 años, Política para el año 2005, un 92,5% de ellos fue registrado civilmente.

La ley 1098 de 2006 establece lo siguiente: Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a tener una identidad y a conservar los elementos que la constituyen como el nombre, la nacionalidad y filiación conformes a la ley. Para estos efectos deberán ser inscritos inmediatamente después de su nacimiento, en el registro del estado civil. Tienen derecho a preservar su lengua de origen, su cultura e idiosincrasia.

DERECHO A ATENCIÓN EN SALUD. La garantía del derecho a la atención en salud hace parte de las responsabilidades que el Estado, por medio de políticas y estrategias, busca dar a las madres gestantes, niños y niñas menores de 6 años. El acceso al cuidado primario de la madre gestante y del menor de un año, reduce los riesgos asociados a la mortalidad y morbilidad. La atención institucional alcanzó en el 2005 el 93.5% de las madres gestantes. Otro de los componentes importantes en la atención de salud es la cobertura en vacunación de enfermedades inmunoprevenibles.

Es preciso señalar que el aseguramiento se constituye en una estrategia para garantizar el acceso y el uso a los servicios. Por ejemplo, los niños y niñas con aseguramiento en el régimen contributivo presentan mayores niveles de coberturas en vacunación que aquellos que no se encuentran asegurados.

La ley 1098 en su artículo 27 dice: “Derecho a la salud. Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la salud integral. La salud es un estado de bienestar físico, psíquico y fisiológico y no solo la ausencia de enfermedad. Ningún hospital, clínica, centro de salud y demás entidades dedicadas a la prestación del servicio de salud, sean públicas o privadas, podrán abstenerse de atender a un niño, niña que requiera de atención en salud.

DERECHO A LA EDUCACION INICIAL. La Ley 1098 en su artículo 28 contempla el derecho a la Estructura educación manifestando que: “Los niños, las niñas y los de adolescentes tienen derecho a una educación de calidad. Esta será obligatoria por parte del Estado en un año de preescolar y nueve de educación básica. La educación será gratuita en las instituciones estatales de acuerdo con los términos establecidos en la Constitución Política. Incurrirá en multa hasta de 20 salarios mínimos quienes se abstengan de recibir a un niño en los establecimientos públicos de educación.” 





martes, 25 de abril de 2017

LINEAMIENTO TÉCNICO PARA LA EDUCACIÓN INFANTIL

                             ¿Qué es la educación inicial?
Educación Inicial es el servicio educativo que se brinda a niñas y niños menores de seis años de edad, con el propósito de potencializar su desarrollo integral y armónico en un ambiente rico en experiencias formativas, educativas y afectivas, lo que les permitirá adquirir habilidades, hábitos, valores, así como desarrollar su autonomía, creatividad y actitudes necesarias en su desempeño personal y social.

La Educación Inicial es un derecho de las niñas y los niños, una oportunidad de las madres y los padres de familia para mejorar y/o enriquecer sus prácticas de crianza y un compromiso del personal docente y de apoyo para cumplir con los propósitos planteados.

Educación Inicial es una realidad mundial, indispensable para garantizar el óptimo desarrollo de los niños y las niñas. La importancia que tienen los primeros años de vida en la formación del individuo, requiere que los agentes educativos que trabajan en favor de la niñez cuenten con conocimientos, habilidades y actitudes adecuados para elevar la calidad del servicio que se ofrece.

Es un derecho impostergable de la primera infancia, la educación inicial se constituye en un estructurante de la atención integral cuyo objetivo es potenciar de manera intencionada el desarrollo integral de las niñas y los niños desde su nacimiento hasta cumplir los seis años, partiendo del reconocimiento de sus características y de las particularidades de los contextos en que viven y favoreciendo interacciones que se generan en ambientes enriquecidos a través de experiencias pedagógicas y prácticas de cuidado. La educación inicial es válida en sí misma por cuanto el trabajo pedagógico que allí se planea parte de los intereses, inquietudes, capacidades y saberes de las niñas y los niños. Esta no busca como fin último su preparación para la escuela primaria, sino que les ofrece experiencias retadoras que impulsan su desarrollo; allí juegan, exploran su medio, se expresan a través del arte y disfrutan de la literatura.
La educación para la primera infancia es concebida como un proceso continuo y permanente de interacciones y relaciones sociales de calidad, oportunas y pertinentes que posibilitan a los niños y a las niñas potenciar sus capacidades y desarrollar competencias para la vida.

Se caracteriza por:

Considerar que todos los niños y las niñas, independientemente del contexto socio cultural en el que crecen, tienen las capacidades para desarrollar sus competencias si se encuentran en ambientes sanos y seguros que garanticen sus derechos.

Ser inclusiva, equitativa y solidaria, ya que tiene en cuenta la diversidad étnica, cultural y social, las características geográficas y socioeconómicas del país y las necesidades educativas de los niños y las niñas.

La Ley General de Educación ley 115 de 1994 define la educación preescolar como la “ofrecida al niño para su desarrollo en los aspectos biológico, cognoscitivo, psicomotriz, socioafectivo y espiritual, a través de experiencias de socialización pedagógicas y recreativas”.

En el 2006, la cobertura en preescolar, que corresponde a niños y niñas de 5 y 6 años, los cuales son atendidos por las instituciones educativas, presenta una tasa de cobertura bruta del 86% en el grado de transición.

IMPORTANCIA DE EDUCACION INICIAL

La Educación Inicial es el proceso de acompañamiento al desarrollo integral de niños y niñas menores de 5 años, y tiene como objetivo potenciar su aprendizaje y promover su bienestar mediante experiencias significativas y oportunas que se dan en ambientes estimulantes, saludables y seguros. 

Los niños y las niñas de esta edad, de manera natural, buscan explorar, experimentar, jugar y crear, actividades que llevan a cabo por medio de la interacción con los otros, con la naturaleza y con su cultura.

Los padres y las madres, los familiares y otras personas de su entorno son muy importantes y deben darles cuidado, protección y afecto para garantizar la formación de niños felices y saludables, capaces de aprender y desarrollarse.

OBJETIVOS:

Enriquecer y estimular el desarrollo de los niños y las niñas desde el feto para un mejor desarrollo.

Favorecer el desarrollo integral con la finalidad de formar seres humanos autónomos, con pensamiento crítico, creativos, independientes, seguros de sí mismos y con habilidades de trabajo en equipo.

Importancia de la educación inicial. Las primeras etapas de la infancia son las más importantes para el desarrollo del ser humano; esto se debe a la gran capacidad que en esos momentos tiene el cerebro para asimilar la información de su entorno.

Durante los primeros años de vida, todas las experiencias que los niños y las niñas vivan se transformarán en nuevas habilidades y conocimientos que facilitarán su desarrollo en todas las áreas: motriz, sensorial, cognitiva y socio-emocional.

La infancia es un período único, preciso y crítico para el desarrollo psíquico, afectivo y cognitivo, ya sea con programas formales, en un centro de estimulación temprana o bien en el hogar con un manual de información a madres de familia, el bebé debe tener la posibilidad de aprovechar cada oportunidad de desarrollarse y prepararse para el futuro aprendizaje. 

Las experiencias que el niño tiene durante esta etapa son fundamentales para su vida futura. En este período el niño aprende a convivir con el entorno y se adquieren conceptos fundamentales para la vida: existe un mundo además de mí, el juego es una actividad natural en los niños, la vida no es solo mi casa y mi familia, puedo aprender a cantar y bailar y reír con muchas personas.

La importancia de la educación inicial, en el nivel inicial, el niño se prepara para su futuro escolar y logra adaptarse adecuadamente a este sistema de vida que durará por muchos años.

El centro de estimulación Temprana o el trabajo planeado y organizado realizado por la madre en el hogar, fortalecerán el desarrollo sensorial del infante, su desarrollo motor, social y su lenguaje.
Actividades rectoras de la primera infancia y de la educación inicial
                                       
El camino para crear una "Cultura de la educación inicial" en el marco de la atención integral, es a través de cuatro actividades rectoras que además de ser actividades inherentes a los niños y las niñas, posibilitan aprendizajes por sí mismas.
El juego, el arte, la literatura y la exploración del medio son las actividades rectoras de la primera infancia, lejos de ser herramientas o estrategias pedagógicas, que se "usan como medio para lograr otros aprendizajes", en sí mismas posibilitan aprendizajes.

El planteamiento que hace Garvey sobre el juego ayuda a explicar esta idea, cuando afirma que: "El niño no juega para aprender pero aprende cuando juega", esto mismo se podría decir con respecto al arte, la literatura y la exploración del medio. La pintura y el dibujo, por ejemplo, aparecen en el contexto de la educación inicial como actividades a las que las niñas y niños recurren para expresarse, construir mundos simbólicos, elaborar la apropiación de los objetos reales, entre otros, y no como estrategias para desarrollar su motricidad fina, lo cual no excluye que el manejo de pinceles o crayolas, contribuyan a ello.

EL JUEGO
El juego es un reflejo de la cultura y la sociedad y en él se representan las construcciones y desarrollos de los entornos y sus contextos. Las niñas y niños juegan a lo que ven y al jugar a lo que viven resignifican su realidad. Por esta razón, el juego es considerado como medio de elaboración del mundo adulto y de formación cultural, que inicia a los pequeños en la vida de la sociedad en la cual están inmersos. En el juego hay un gran placer por representar la realidad vivida de acuerdo con las propias interpretaciones, y por tener el control para modificar o resignificar esa realidad según los deseos de quien juega. La niña y el niño representan en su juego la cultura en la que crecen y se desenvuelven. Desde esta perspectiva, el juego permite aproximarse a la realidad del niño y la niña.

LA LITERATURA
Las niñas y los niños son especialmente sensibles a las sonoridades de las palabras y a sus múltiples sentidos. Necesitan jugar con ellas, ser nutridos, envueltos, arrullados y descifrados con palabras y símbolos portadores de emoción y afecto. Por ello la literatura es también una de las actividades rectoras de la infancia. Las personas que están cerca de los más pequeños constatan cotidianamente que jugar con las palabras -descomponerlas, cantarlas, pronunciarlas, repetirlas, explorarlas- es una manera de apropiarse de la lengua. En sentido amplio, la literatura en la primera infancia abarca no solo las obras literarias escritas, sino también la tradición oral y los libros ilustrados, en los que se manifiesta el arte de jugar y de representar la experiencia a través de símbolos verbales y pictóricos.

La riqueza del repertorio oral que representan los arrullos, las rondas, las canciones, los cuentos corporales, los juegos de palabras, los relatos y las leyendas, hacen parte de la herencia cultural que, junto con la literatura infantil tradicional y contemporánea, constituyen un acervo variado y polifónico en el cual las niñas y los niños descubren otras maneras de estructurar el lenguaje, vinculadas con su vida emocional.

EL ARTE

                                 
Observar las rondas y los juegos de tradición oral permite constatar cómo la literatura, la música, la acción dramática, la coreografía y el movimiento se conjugan. Desde este punto de vista, las experiencias artísticas -artes plásticas, literatura, música, expresión dramática y corporal- no pueden verse como compartimientos separados en la primera infancia, sino como las formas de habitar el mundo propias de estas edades, y como los lenguajes de los que se valen los niños y las niñas para expresarse de muchas formas, para conocer el mundo y descifrarse. Dentro del ciclo vital es en la primera infancia cuando los seres humanos están más ávidos y más dispuestos a esas formas de interactuar con el mundo sensible. El hecho de "estrenar", palpar e interrogarse por cada cosa, de fundir la comprensión con la emoción y con aquello que pasa por los sentidos hace de la experiencia artística una actividad rectora de la infancia.

LA EXPLORACIÓN DEL MEDIO

                                   
Las niñas y los niños llegan a un mundo construido. Un mundo físico, biológico, social y cultural, al que necesitan adaptarse y que los necesita para transformarse. En él encuentran elementos y posibilidades para interactuar gracias a sus propias particularidades y capacidades. Los sentidos gustar, tocar, ver, oler, oír- cumplen un papel fundamental en la exploración por cuanto sirven para aproximarse al medio de diversas maneras. Explorar permite a las niñas y los niños cuestionarse, resolver problemas, interactuar, usar su cuerpo, investigar, conocer, ensayar, perseverar, ganar independencia. Esta experiencia implica un proceso de construcción de sentido acerca de lo que pasa en el mundo y de lo que significa ser parte de él. El juego, la literatura, el arte y la exploración del medio son actividades en muchos casos interdependientes. Así por ejemplo, cuando la niña o el niño juega o explora, puede hacerlo manipulando materiales plásticos como pinturas o arcillas, con lo cual se acerca a una experiencia artística. También hay casos en donde el juego se combina con la expresión literaria y musical.

Modalidades de la educación inicial

La Comisión Intersectorial de Primera Infancia CIPI de la cual hace parte el Ministerio de Educación Nacional, definió las modalidades de atención para lograr coherencia al reorganizar los servicios y unificar criterios entre sectores al momento de garantizar las diversas atenciones que requieren los niños y las niñas para lograr su desarrollo integral.

Estas modalidades de atención se definieron a partir del análisis relacionado con los diferentes escenarios significativos en el proceso de desarrollo integral de los niños y niñas, así como en la preparación, formación y acompañamiento a las familias.
Para iniciar, es preciso reconocer que la familia es por excelencia el escenario en el cual se inicia la atención integral de los niños y niñas, puesto que es el primer agente socializador y educador. Aun así no es un escenario exclusivo para la Atención Integral, la familia desde el momento mismo de la concepción, empieza a participar en espacios dirigidos a crear condiciones que favorecen el desarrollo infantil de los bebes, seguido por escenarios de salud, y escenarios de participación pública. En este sentido la educación inicial se inscribe como un escenario de en el marco de la atención integral, donde se generan las condiciones dirigidas a promover y generar el desarrollo integral de los niños y niñas. Estos escenarios, se materializan a través de dos modalidades: Familiar e Institucional o Centros de Desarrollo Infantil.
Las dos modalidades están orientadas a garantizar el derecho de una atención integral y una educación inicial de calidad de los niños y las niñas desde la gestación hasta su ingreso al sistema educativo en el grado de preescolar.

MODALIDAD INSTITUCIONAL CENTROS DE DESARROLLO INFANTIL CDI
Los Centros de Desarrollo Infantil, se conciben como instituciones dirigidas a atender y promover un desarrollo integral a través de la educación inicial, con la participación de profesionales idóneos en temas relacionados con los diferentes componentes de la atención integral, responsables de gestionar las condiciones materiales que hacen efectivos todos los derechos de los niños y niñas en primera infancia, así como de generar oportunidades de expresión y comunicación con pares y adultos y diversidad de experiencias que permiten a los niños y las niñas construir y comprender el mundo.
Es importante destacar que los CDI no están solos en el desempeño de este papel educativo, pues la atención al niño y la niña es también responsabilidad del Estado y la familia. Por tanto, en el CDI se coordinan y armonizan acciones del Estado relacionadas con la nutrición, salud y formación y acompañamiento a familias de los niños y niñas de 0 a menores de 6 años, y las familias participan en actividades promovidas por los CDI para articular mejor la atención y educación que ambos llevan a cabo de acuerdo con las características, necesidades, demandas y atenciones que requieren los niños y las niñas.

MODALIDAD DE EDUCACIÓN INICIAL FAMILIAR
La configuración de los territorios en Colombia, se caracteriza por una amplia diversidad geográfica, cultural, ambiental y de condiciones socio-económicas e institucionales. La estrategia De Cero a Siempre, en el marco de dicha configuración, ha concebido una modalidad de atención no convencional, que posibilita el abordaje integral del niño y la niña en entornos familiares y comunitarios. Esta modalidad reconoce prioritariamente las particularidades culturales y geográficas de la población del país que habita zonas rurales dispersas, así como de los niños y niñas menores de dos años y sus familias.
Esta modalidad por su carácter flexible, privilegia los entornos más cercanos y propios a las condiciones de los niños y niñas, como lo son su familia y comunidad. Establece como punto de entrada el acompañamiento y fortalecimiento de los miembros de la familia y cuidadores para potenciar el desarrollo de los niños y niñas. El lugar protagónico de la familia en el cuidado, crianza, educación y desarrollo de los niños y las niñas desde el nacimiento hasta antes de cumplir los 6 años, la convierte en el primer y más inmediato escenario de corresponsabilidad. Para tal fin, el Estado, responsable de la garantía de los derechos de la primera infancia, está en la obligación de garantizar esta atención y proveer el apoyo necesario a la familia para llevar a cabalidad dicha corresponsabilidad en la atención integral.

Condiciones de calidad de la educación inicial
Tras definir las modalidades de atención en educación en el marco de la política pública de atención integral a la primera infancia, fue necesario organizar los estándares de calidad para la prestación de los servicios dirigidos a los niños y niñas de 0 a 6 años en las modalidades familiar e institucional.
Los procesos de gestión que se deben desarrollar las dos modalidades, además de plantear el cumplimiento de los estándares de calidad, han de orientarse al desarrollo de capacidades institucionales, comunitarias y familiares que permitan que cada actor o institución desarrollar acciones a favor del desarrollo infantil de la primera infancia con calidad, oportunidad, eficiencia, eficacia y efectividad, garantizando el interés superior de los niños y niñas, la prevalencia de sus derechos, su promoción, garantía, protección y restablecimiento, bajo la tutela del Estado en su condición de garante, y con la corresponsabilidad de la familia y la sociedad
Con la intención de operacionalizar el concepto de calidad que se propone, como proceso de mejoramiento continuo, y de organizar la prestación del servicio de educación inicial en el marco de una atención integral, se hace necesario dividir en seis componentes las condiciones de calidad para las modalidades, los cuales se describen a continuación.

COMPONENTE FAMILIA, COMUNIDAD Y REDES SOCIALES

Este componente se centra en generar mecanismos de participación y formación para las familias, donde de manera permanente se intercambie información relevante sobre la vida de los niños y las niñas en las modalidades y el hogar. De igual forma se orienta a la apertura hacia la comunidad, donde se puedan generar procesos de identificación y articulación con las acciones que a nivel local se orientan a brindar una atención integral a los niños y las niñas y hacia la garantía de sus derechos.

COMPONENTE SALUD Y NUTRICIÓN
Este componente contempla todas las acciones dirigidas a garantizar la salud y nutrición a través de promover el acceso a servicios de salud cuando los niños y niñas lo requieren; a la promoción de estilos de vida saludables; a garantizar y promover una alimentación balanceada de acuerdo a la edad de los niños y las niñas; y a garantizar un ambiente saludable.

COMPONENTE PROCESO PEDAGÓGICO Y EDUCATIVO
El componente de proceso pedagógico hace referencia a las prácticas pedagógicas y de cuidado que promueven el desarrollo infantil en el marco del proyecto pedagógico definido por las modalidades. 
El proyecto pedagógico es el horizonte de sentido de todas las acciones intencionadas que se realizan, las cuales atienden a las disposiciones legales, marcos normativos, las particularidades del contexto y de los niños, las niñas y sus familias, así como a los lineamientos técnicos nacionales. Este componente es flexible, se construye colectivamente y está en constante retroalimentación por parte de todos los actores de las modalidades, niños y niñas, familias y/o cuidadores, talento humano.

COMPONENTE TALENTO HUMANO
Este componente se refiere a las acciones orientadas a garantizar que las modalidades cuenten con el personal idóneo y suficiente para cada uno de los componentes de la atención en lo relacionado con los procesos pedagógicos, administrativos y de servicios.
En este sentido, la organización del talento humano estará definida por la proporción adecuada según el número de niños y niñas y por el perfil definido en los estándares a nivel de formación y experiencia según la función a desempeñar. Lograr lo anterior implica establecer la gestión del talento humano, es decir, definir los procesos de selección, inducción, cualificación y evaluación, así como las acciones para garantizar su bienestar y satisfacción.

COMPONENTE AMBIENTES EDUCATIVOS Y PROTECTORES
Este componente contempla aquellos estándares que garantizan que los ambientes educativos de las modalidades cuenten con condiciones físicas y psicológicas protectoras, es decir, todas las condiciones de seguridad física y humana a través de la generación de interacciones apropiadas entre el talento humano de las modalidades y los niños y las niñas, y con la identificación y mitigación de riesgos que pongan en peligro la vida de los niños y niñas.

COMPONENTE PROCESO ADMINISTRATIVO Y DE GESTIÓN
Este componente contempla actividades de planeación, organización, ejecución, seguimiento, evaluación y control, dirigidas a alcanzar los objetivos institucionales, es decir, a la capacidad de gestión que tienen los prestadores del servicio para definir y alcanzar sus propósitos en el marco de una atención integral y con el uso adecuado de los recursos disponibles.
Los programas de educación inicial están diseñados para fortalecer y facilitar todas las redes de comunicación que vinculan al niño con su mundo, e interpretar todos esos mensajes que de su entrono recibe y que permitirán descubrir, conocer y crear. Potenciar las habilidades intelectuales que el niño trae por herencia, ofreciendo los medios y herramientas para que desde el inicio, el niño aprenda a aprender. Si el niño presentara algún déficit en su desarrollo, mediante la estimulación que recibe a través de los programas iniciales sistematizados integrales, tendrá grandes posibilidades de minimizar los aspectos limítrofes de su desarrollo. Cosas que aprenden:

ü Compártelo todo.
ü Juega limpio.
ü No le pegues a la gente.
ü Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.
ü Limpia siempre lo que ensucies.
ü Pide perdón cuando lastimes a alguien.
ü Lávate las manos antes de comer.
ü Sonrojarte.
ü Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco.
ü Duerme la siesta.
ü Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el tráfico.
ü Tómate de las manos y no te alejes.
ü Permanece atento a lo maravilloso.

Conclusión

En el nivel inicial es donde los niños y las niñas adquieren y fomentan los valores que les van a permitir convertirse en adultos con destrezas de socialización tales como amor, organización, respeto, responsabilidad, cortesía, paciencia, solidaridad, cooperación, honestidad, tolerancia, prudencia, auto-control y cuidado al medio ambiente.
Es preciso aprovechar estos primeros años de vida para favorecer un buen desarrollo neurológico y para proporcionarles un entorno agradable, que les ayuden en su proceso de desarrollo.















 
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